El Pueblo de los Girasoles es una instalación multimedia en un barrio del lado poniente de la ciudad de Baltimore, EU. La Asociación Comunitaria de Franklin Square empezó a trabajar en el espacio en septiembre de 2010, y en colaboración con el Equipo de Lotes Comunitarios de la asociación civil Trabajos Cívicos, transformaron un lote baldío lleno de escombros en un espacio verde y vibrante. El diseño del jardín incluye “El Monte de los Girasoles,” una cama de cultivo elevada, llena de girasoles imponentes.
Scott Kashnow, un residente de la comunidad, contactó a Ed Miller (quien dirige el Equipo de Lotes Comunitarios) para preguntar sobre la posibilidad de incorporar arte en este espacio. Yo empecé a colaborar con Ed en 2006, cuando trabajé durante un año como voluntaria de Americorps en su equipo, y desde entonces hemos colaborado en diversos proyectos. También he colaborado con Katey Truhn y Jessie Unterhalter desde que nos conocimos en la universidad, en donde las tres estudiamos arte, y bajo el nombre “Colectivo Can” elaboramos una propuesta para reinventar el espacio comunitario de manera permanente a través del arte. Para ello, nos aprobaron una beca de Arte Transformativo de PNC, con un monto de 20,000 dólares.
El diseño, que celebra los girasoles y el poder creativo de las personas, se generó durante una serie de reuniones con integrantes de la comunidad. Durante el mes de julio de 2012 trabajamos todos los días hasta completar los dos murales gigantes, hechos de pintura y mosaicos de espejos, que enmarcan el jardín. Por razones de seguridad, no pudimos permitir que las y los niños nos ayudaran a pintar, excepto al nivel del suelo. Sin embargo, para nosotras era importante incluir a las y los jóvenes en un proyecto que estaba transformando su barrio, por lo que realizamos talleres de serigrafía para niños y jóvenes del campamento de verano de la Iglesia de San Lucas y del Club para Niños y Niñas de Franklin Square para crear las banderas que se extenderían entre los dos murales. En la primavera de 2013 instalamos y decoramos tres postes totémicos de seis metros de altura, de los que colgamos las banderas para pasar entre los dos murales y encima del jardín.