Empecé esta serie de ensamblajes como mi trabajo de tesis, mientras estudiaba una licenciatura en Maryland Institute College of Art (una institución cuyo prestigio innegable contrasta en gran medida con el trasfondo de una ciudad que sufre de muchos males urbanos). En ese entonces yo vivía en una casa en la que la puerta principal, daba a una calle de casas majestuosas, mientras que la puerta trasera, tenía vista a un entorno de menos prosperidad económica y con todas las complicaciones que conlleva la pobreza. Yo estaba literalmente viviendo entre dos mundos, yo salía por la puerta principal para ir a mis clases en una universidad de lujo, y partía del patio trasero para caminar sin rumbo y así tratar de comprender la experiencia de vida de la mayoría de las y los habitantes de la ciudad. La obra que resultó de esta experiencia celebra esa tensión, buscando una belleza inquietante en el abandono, celebrando a las personas que viven dentro de las aglomeraciones de nuestra basura acumulada.