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Río, por Mil Años, 2011

La Galería Gubidxa ("Sol" en Zapoteco) se encuentra en Unión Hidalgo en el estado de Oaxaca, México. Es un espacio cultural independiente fundado por Víctor Fuentes, quien puso su casa como sede de la galería. La galería refleja el compromiso que tiene Víctor con la educación, el medio ambiente y la promoción del arte. Víctor me invitó a desarrollar un proyecto en torno al río de la comunidad, ya que desde 2005 trabajaba para transformarlo en una especie de corredor artístico con la esperanza de recordar a la gente local que se debe honrar al agua como lo hacían sus antepasados ​​(en lugar de tirar y quemar basura en sus orillas).


En respuesta, les enseñé a niñas y niños de la comunidad a hacer maracas, tambores, y guitarras de una sola cuerda, de la basura que recogimos de las calles y el río. Además, con mucho entusiasmo las y los niños me ayudaron a recoger y lavar innumerables botellas de plástico que pinté y junté para formar una serpiente de arcoíris. Disfrazados y listos con nuestras matracas de basura caseras, con la serpiente sostenida por encima de nuestras cabezas, desfilamos por las calles (y hasta pasamos por enfrente del ayuntamiento municipal, ¡una improvisación fabulosa!). Después, como acto representativo de un hábito que desgraciadamente se ha vuelto muy común entre los humanos modernos, bajamos a la orilla del río y arrojamos la serpiente al agua. Se dejó llevar por el río, mezclándose con los restos flotantes y corrimos a lo largo de la orilla del río, mucho más rápido de lo previsto, ¡para poderla sacar antes de que llegara al mar!


Río, por Mil Años es el nombre que Víctor le puso a la exposición en la galería donde presentamos los artefactos de los talleres y el performance—los dibujos conceptuales de los niños y niñas, los instrumentos musicales (incluyendo una batería de basura que armé de última hora con todos los sartenes, ollas y cubetas que los niños tamborilearon en el desfile), así como la serpiente de botellas y las fotografías documentales que tomó nuestra buena amiga y colaboradora Uli Loskot. No me quería ir cuando se terminó el proyecto, pero la serpiente de botellas siguió su historia. En diciembre resurgió y desfiló una vez más como parte de un festival anual de arte ecológico que organiza Víctor. Pero esta vez, mientras la llevaban por el pueblo, creció, porque sus cuidadores iban añadiendo a su cola las botellas que recogían de las calles. Ahora más larga que nunca, la serpiente fue finalmente colocada en la entrada del centro de acopio de plásticos reciclables que estableció Víctor en el lote que queda enfrente de la galería.